Aborto químico

 

Procedimiento

Este es un procedimiento que generalmente se usa después de 16 semanas de embarazo. Este procedimiento normalmente requerirá de una estancia en el hospital de uno a dos días. La piel en tu abdomen se adormece mediante un medicamento contra el dolor. A continuación se usa una aguja para inyectarte una substancia gota a gota a través del abdomen y al fluido amniótico en el útero que rodea al feto. Generalmente se usa una de tres substancias: una solución de sal (salina), un fármaco (prostaglandina), o un compuesto químico (urea). Se pueden administrar otros medicamentos para causar el inicio de las contracciones. Los dolores de parto comienzan generalmente en unas cuantas horas, seguidos de la expulsión del feto muerto y de la placenta, generalmente dentro de las 24 horas siguientes. Lo anterior puede necesitar un raspado del útero con una cureta (un instrumento filoso similar a una cuchara) para asegurarse que la extracción del feto y otros tejidos ha sido completo. Este procedimiento generalmente requerirá una estancia de un día en el hospital.

Riesgos y complicaciones

A continuación se muestra una lista de algunos de los riesgos que en el pasado se han asociado con este tipo de procedimiento de aborto. No todos estos riesgos podrían presentarse a una sola paciente. Debes comentar este procedimiento con tu médico para informarte acerca de aquellos riesgos que fueran aplicables en tu caso.

Las complicaciones podrían incluir infección, hemorragias severas, y perforación del útero (un agujero o desgarre en la pared de la matriz). Los riesgos de perforación uterina y de laceración son levemente mayores en esta etapa del embarazo que si el aborto se hubiese realizado con anterioridad, debido al mayor tamaño del feto y a las paredes uterinas más delgadas. Otras complicaciones podrían incluir incompetencia cervical (un trastorno en el cual el cérvix se abre demasiado pronto, aumentando el riesgo de un aborto en embarazos futuros) y lesiones al cérvix. Los abortos repetidos podrían aumentar tu posibilidad de un parto prematuro o de un bebé de muy bajo peso en tus embarazos futuros.

Como resultado de un aborto, algunas mujeres podrían experimentar depresión, sentimientos de culpa, perturbaciones profundas, pérdida de interés en su trabajo o en relaciones sexuales, o ira. Si estos síntomas te ocurren y son intensos y persistentes, es recomendable que acudas a ayuda profesional.

La muerte materna ocurre en menos de un caso de cada 100.000 abortos (OMS). Una proporción de un 3% de los fetos nacen vivos, pero se les deja morir tras la expulsión.

La paciente experimenta un dolor equivalente a un parto normal. A partir de la semana 20 tu feto también experimenta dolor extremo por quemaduras químicas en el proceso de envenenamiento y de expulsión, así como una larga agonía si sobrevive al parto.

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