Aborto por raspado y succión

 

Procedimiento

Este es el procedimiento que generalmente se usa después de 12 semanas de embarazo (el primer trimestre). A menos de que se presenten complicaciones inesperadas, este procedimiento generalmente se efectuará de forma ambulatoria (sin necesidad de ingreso hospitalario) y podría efectuarse en el consultorio del doctor o en una clínica. El médico primero te ensancha (dilata) el cérvix, que es el cuello o apertura del útero. Esto podría llevarse a cabo a lo largo de un período de varias horas insertando una pequeña varilla o esponja en el cérvix que se hincha conforme la esponja absorbe humedad. El doctor puede elegir ensancharte el cérvix justo antes del aborto insertando y retirando varillas cada vez más gruesas de metal terso hasta que el cérvix haya sido abierto al tamaño necesario.

La mayoría de las mujeres experimentan algún dolor, así que el médico te administrará algo para eliminar el dolor, ya sea localmente mediante inyecciones en el área del cérvix o mediante anestesia general.

Después de la dilatación te inserta entonces en el útero, a través del cérvix ensanchado, un tubo de plástico de un diámetro similar al de un lápiz. El tubo está conectado a una potente bomba que entonces succiona el feto, la placenta y demás contenidos uterinos. Después de succionar, el médico podría decidir que es necesario usar una cureta (un instrumento filoso parecido a una cuchara) para raspar suavemente las paredes del útero asegurando así que todos los fragmentos del feto y de la placenta han sido retirados del útero. El procedimiento normalmente llevará de 10 a 15 minutos. Es posible que experimentes calambres uterinos posteriormente. Permanecerás en el sitio para observación aproximadamente una hora después del procedimiento. Si no estás sufriendo hemorragias severas u otras complicaciones, se te permitirá marchar.

A partir de la semana 20 tu feto también experimenta dolor extremo en el proceso de succión, que deshace su cuerpo en breves instantes.

Riesgos y complicaciones asociados con este tipo de aborto

A continuación se muestra una lista de algunos de los riesgos que en el pasado se han asociado con este tipo de procedimiento de aborto. No todos estos riesgos podrían presentarse a una sola paciente. Este procedimiento debes comentarlo con tu médico para informarte acerca de aquellos riesgos que fueran aplicables en tu caso.

Las complicaciones podrían incluir infección, hemorragias severas, y perforación del útero (un agujero o desgarre en la pared de tu matriz), incompetencia cervical (una condición en la cual el cérvix se abre demasiado pronto, aumentando el riesgo de un aborto en tus embarazos futuros) y otras lesiones a tu cérvix. Los abortos múltiples podrían aumentar tu posibilidad de un parto prematuro o de un bebé de muy bajo peso en tus embarazos futuros.

Como resultado de un aborto, algunas mujeres pueden experimentar depresión, sentimientos de culpa, perturbaciones profundas, pérdida de interés en su trabajo o en relaciones sexuales, o ira. Si estos síntomas te ocurren y son intensos y persistentes, es recomendable que acudas a ayuda profesional.

La muerte materna ocurre en menos de un caso de cada 100.000 abortos (OMS). La muerte fetal ocurre en una proporción de un 99% de los casos.

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