Que los valores de la vida y dignidad humana estén ampliamente reconocidos entre los agentes sociales, entidades públicas o privadas y población general de la comunidad del área de influencia motivando un ambiente en que, como responsabilidad individual en cualquier situación cotidiana pública o privada, se asuma su máxima protección, así como la protección de valores adyacentes -tales como la naturaleza, fines y dignidad del matrimonio, de la familia y de la realización plena del recto sentido de la sexualidad-, y resultando en suficientes mecanismos sociales, educativos, sanitarios, laborales y jurídicos que la garanticen, de tal modo que ya no sea preciso continuar la extensión de su promoción.